Bᵉmidbar 11:14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, ya que es muy pesado para mí. לֹא־אוּכַל אָנֹכִי לְבַדִּי לָשֵׂאת אֶת־כׇּל־הָעָם הַזֶּה כִּי כָבֵד מִמֶּנִּי׃

Incluso los más fuertes tienen su punto de quiebre. ¿Cómo se ve la verdadera fuerza? La verdadera fuerza no es esconder tus sentimientos, es tener el coraje de expresarlos, incluso a Di-s. Cuando admitimos nuestros límites, creamos espacio para la ayuda, la esperanza y una conexión más profunda.

El alma de un líder clamando, el profeta más grande, Moshé nos muestra que está bien sentirse abrumado. Aprovechemos esta oportunidad de aprendizaje para recordar que no tenemos que cargar con todo solos. Pedir ayuda no es debilidad, es sabiduría. Las palabras de Torá nos recuerdan que somos humanos.

¿Cuántas veces sentimos que todo pesa demasiado? ¿Cuántas veces la responsabilidad de cuidar, educar, acompañar o simplemente seguir adelante, se transforma en una carga que supera nuestras fuerzas? El gesto de Moshé nos enseña que no hay grandeza sin vulnerabilidad. El diálogo con Di-s es súplica, confusión, reclamo, y aún así, sigue siendo un acto de fe, y no debemos olvidar que Tefilá es la alabanza y la gratitud, que junto con nuestro pedido de ayuda crean una fortaleza para encontrar la respuesta.

Este versículo donde clama Moshé nos invita a reflexionar sobre nuestras propias cargas, sobre aquello que llevamos en silencio, sobre lo que muchas veces no compartimos por temor a parecer débiles. Pero también nos recuerda que no estamos solos. Que en los momentos de cansancio, hay un espacio para abrir el corazón. Y que en lo profundo de ese clamor, puede nacer una nueva conexión con lo sagrado. En un mundo donde se valora la eficiencia, la imagen, el éxito constante, este versículo nos vuelve a lo esencial: somos humanos. Necesitamos ayuda. Necesitamos hablar. Necesitamos que alguien nos escuche, incluso si ese alguien es Di-s.

El Midrash nos cuenta, basado en el momento de angustia de Moshé cuando pide morir antes que continuar con una carga que no podía llevar solo, que Di-s no lo reprende, le responde con compasión. El Midrash lo interpreta como un gesto de profunda ternura de Di-s hacia Moshé: cuando una persona se encuentra al borde de sus fuerzas, el Cielo responde con apoyo y soluciones. No se espera que el ser humano lo soporte todo, sino que sepa cuándo pedir ayuda. La espiritualidad judía nos enseña que el liderazgo se comparte, que la carga se aligera entre muchos, y que Di-s mismo, en Su infinita comprensión, alienta la construcción de redes humanas de apoyo.

Que el mensaje de Moshé nos acompañe como un recordatorio de que está bien no poder con todo. Que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino de sabiduría. Y que cuando abrimos el corazón, incluso en el dolor, dejamos entrar la posibilidad del consuelo, la fuerza renovada, y la esperanza.

¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!

HaMoré Sergio Man
Junio 2025