- Parasha
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"Y tomó Kóraj, hijo de Yitzar, hijo de Kehat, hijo de Leví, y Datán y Aviram, hijos de Eliav, y On, hijo de Pelet, hijos de Reuvén. Y se levantaron delante de Moshé, junto a doscientos cincuenta (250) hombres de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, personas escogidas de la asamblea, varones de renombre..." Bemidvar 16:1-2.
La Torá, en lugar de darnos una palabra que tenga como guematria el 250 - o sea describir una palabra cuyas letras sumen, simbolicen esta cantidad -, nos revela la cifra explícitamente.
¿Por qué? Porque 250 es la guematria de la palabra Ner que significa Vela. Nos enseña la kabalah que cada precepto es una luz, que sólo puede ser comparable en este mundo a la luz de una vela, así mismo, la kabalah nos enseña que si damos un paso hacia atrás en la guematria, es decir, si le restamos un numero a la cifra 250, encontramos -249- la palabra Magor (sinónimo de miedo), lo cual nos indica que si el miedo nos paraliza y logramos dar un pequeño paso hacia adelante encontramos esa luz de la vela. Es decir, que cuando estamos atrapados en el miedo, avanzar nos parece dar un salto al vacío, pero justo allí, en donde creemos que hay un abismo, lo que se encuentra es luz.
Shabbat Shalom
La Parashá de esta semana habla acerca de varios temas, pero tiene como uno de los principales el nombramiento del cumplimiento de las mitzvot a partir de los tzitziot, pues leemos el último párrafo que recitamos todos los días en el Shemá Israel, la tefilá primordial que tiene el pueblo judío en la cual afirmamos la creencia de Di-s y por medio del talit nosotros simbolizamos todo el cumplimiento de las mitzvot en una sola.
Un hombre fue a buscar su ayuda a un rabino para corregir el hecho que había hablado mal contra su amigo y de lo cual estaba muy arrepentido. El rabino lo manda a cortar la punta de una almohada de plumas y salir a caminar por las calles de la ciudad desparramando las plumas por doquier y después volver a verlo.
Nuestra Parashá afirma (Vaikra 19:3), “Un hombre deberá respetar a su madre y a su padre”. Por otro lado, en los Diez Mandamientos se nos pide, “¡Honra a tu padre y a tu madre!”

