- Parasha
- Visto: 1298
El Jafetz Jaim, el líder de la comunidad judía europea a comienzos del siglo XX, era conocido como una persona particularmente recta y justa. Una vez se le pidió que testifique en una corte polaca a favor de un judío. Antes de llamar al estrado al Jafetz Jaim, el abogado defensor dio una larga explicación sobre el carácter del Jafetz Jaim, citando muchas historias de su rectitud y santidad. Las palabras del abogado, sin embargo, no impresionaron mucho al juez, quien dudó de la veracidad de esas historias.
Observando las dudas del juez, el abogado defensor dijo que quizás algunas de las historias pudieron haber sido un poco exageradas. Pero luego el abogado agregó: “Puede ser que algún detalle de estas historias no sea verdad, pero dígame, su señoría, ¿las personas van contando historias así de usted o de mí?”.
(En verdad, esta historia tuvo un final feliz. El juez polaco quedó tan impresionado con el Jafetz Jaim como testigo, que finalmente declaró inocente al judío).
En las Parshiot Vaieshev y continúa en Miketz (la semana entrante) leemos sobre los sueños de Iosef, de los ministros del faraón y del propio Faraón de Egipto. El hilo conductor entre todos ellos es que son parte de los acontecimientos que trajeron a Iaakov y sus hijos a Egipto, estos hechos son el comienzo del exilio
BOCA CERRADA
Hubo hambre en la tierra en los días de Isaac, a esa región le sobrevino un tiempo de gran recesión económica. Pero Di-s le dijo a Isaac que no inmigre a Egipto sino que se quede en las tierras de Abimelej. Ese territorio era el lugar de la promesa dada a Abraham. Era tierra de las oportunidades escondidas pero reales. Isaac, hijo de Abraham nos ofrece una lección de fe en medio de la necesidad. Todas las generaciones pasan por tiempos de crisis pero el Señor no da la misma solución a todas. Los problemas se superan basándose en principios. Y junto con ello, se abren oportunidades. 

